D.F. El Zócalo
Llegué a D.F.
Se tenía que pisar al gran gigante aunque fuera tan sólo por un día.
Usando el metro de la capital, me apeé en el Zócalo, justo donde se encuentran los revolucionarios pro Lopez Obrador, es decir los pobres, los campesinos, la izquierda más reaccionaria, que parece ser que no quiere aceptar su derrota electoral. Al grito de voto por voto, no se dan cuenta de que ni este presidente que los avala ni nigún otro lider castrista del pasado los va a sacar de su miseria personal.
De momento siguen con su parafernalia montada en medio de la plaza, con escenario para mitings que bien seguro no debe ser demasiado barato, eso si financiado por unos pobres que no viven precisamente en chabolas ni viajan en colectivos.
Basta de política utópica.
Justo detrás de la catedral se encuentra el Hostelling Internacional, donde por fín uno deja de sentirse turista entre el pueblo, ya que la particular Babel que aquí se respira está habitada por turistas mochileros de los cinco continentes.
Bueno, aquí estoy a punto de terminar esta aventura, ya que poco me queda para agarrar, eso espero, el vuelo de regreso.
Estuvo bien, pero que muy bien!
Un saludo a todos los que he conocido en este camino y a los que pasaron de largo.
Hasta siempre viajeros!!!