Chacaua

Para los incondicionales seguidores de mis aventuras, que me consta que desesperan al no recibir nuevos artículos.
Pues ahí va otro.
Despedida de Puerto Escondido con puesta de sol incorporada, para dirigirme al destino siguiente. Colectivo a Río Grande, para agarrar un taxi a Zapotalito, y allí en el embarcadero una lancha que cruza islotes entre aguas tranquilas para llevarnos a una orilla perdida. Estamos cerca del lugar, el último camión que nos acerca a mí, y a mis nuevos contactos, dos portugueses de Porto, saludos Rita y Miguel, y a Omar con dos Estadounidensas que no hablaban ni pizca de español, viva el colonialismo gringo! El pueblo pesquero por excelencia del pacífico, Chacaua, las lagunas de Chacaua, tenía más fotos, pero la memory stik de la cámara ha mutado a langosta y no funciona...
Chacaua: concepto de lugar con cabañas al lado de la playa, cangrejos que comparten cabaña contigo, sapos nocturnos que cruzan el comedor colectivo, perros felices y gatos tranquilos, como todos los habitantes temporales del lugar, si os gusta no hacer nada, o absolutamente menos aún, este es el lugar. Bueno miento, podeis intentar nadar entre olas de 3 a 5 metros, características del pacífico, de salto en salto, e intentar recoger caracolas de la orilla. También existe la opción de ir al principio de la playa, desde la parte trasera del rompeolas se puede ver la combinación de aguas del mar con las de las corrientes internas de la laguna, como si fuera un río que desemboca, allí también se puede nadar más tranquilamente aunque no lejos de la orilla ya que la corriente se te lleva.
Como un péndulo que marca un tranquilo tempo, mi nueva hamaca se balancea bajo el encañizado de la cabaña. Las cabañas del Piojo. Mosquiteras para dormir, hamacas en algunas cabañas, y al lorito que sean de paredes de madera, palos mas bien, porque si son de lata flipareis de calor por la noche...
Por aquí dicen que hay cocodrilos en cautividad, y que uno lleva un tremendo bocao que su compadre reptil le dió hace poco, por cierto aquí no comen cocodrilo porque corre el rumor de que el macho isleño y negrote pierde virilidad compadre! - que sí compadre que la carne tiene una enfermedá! que no se te levanta...-vale, vale.
Pues bien esa es la postal de esta reserva natural, donde esperemos que mientras las olas del pacífico sigan rompiendo con tal virulencia, se preservará de especulaciones turísticas durante mucho tiempo, que así sea. Y que los recién casados continúen poblando los fantásticos resorts turísticos del caribe.
au revoir!